Es una enfermedad que suele cursar con una forma hiperaguda, la cual se caracteriza por muerte súbita sin manifestar signos clínicos. Por lo tanto, debería realizarse la necropsia del animal para asegurar de que no hay lesiones macroscópicas compatibles con RHD.
En casos crónicos subclínicos puede ser más complicado su diagnóstico, ya que puede presentar diferentes signos clínicos. Por lo tanto, se debería incluir en el diagnóstico diferencial cuando el animal presenta indicios de enfermedad hepática, signos respiratorios y neurológicos.