Síntomas de la enfermedad hemorrágica del conejo, ¿cuándo debemos sospechar?
La enfermedad hemorrágica del conejo (RHD) es una enfermedad vírica que se caracteriza por presentar una elevada morbilidad y mortalidad. La mayoría de las cepas son tan virulentas que generalmente los conejos infectados mueren sin presentar signos clínicos de RHD. Por este motivo, es muy complicado tanto obtener datos reales de prevalencia en conejos de compañía como casos clínicos en los que el animal haya conseguido superar la enfermedad. Es más, el desenlace de los pocos casos clínicos publicados es siempre fatal. Sin embargo, nos ayudan a entender cuando deberíamos sospechar de la enfermedad hemorrágica del conejo.
Puede estar causada por la cepa clásica (RHDV o GI.1), el cual afecta únicamente al conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus) o por la cepa variante (RHDV2 o GI.2), que afecta tanto al conejo Europeo como a algunas liebres (Lepus) o incluso se ha descrito en el cottontail (Syvilagus). Ambos virus pertenecen al género lagovirus y presentan una gran resistencia en el miedo, lo que facilita su transmisión.
Forma hiperaguda de RHD
El periodo de incubación es de 1 a 3 días. El curso clínico suele ser hiperagudo, el cual acostumbra a provocar la muerte súbita del conejo sin síntomas clínicos previos de la enfermedad hemorrágica del conejo. Algunas veces únicamente se detecta fiebre elevada (>40ºC), pero suelen sucumbir a la enfermedad a las 12 – 36h después de su inicio. Este tipo de presentación clínica dificulta su diagnóstico, ya que muchas veces no se busca la causa de la muerte. Sin embargo, a partir de una necropsia se puede sospechar fácilmente de que la enfermedad hemorrágica del conejo ha sido la causa de la muerte.
Durante la necropsia, las lesiones más graves las encontraremos en el hígado, ya que es el órgano que contiene un mayor título viral, los pulmones y el bazo. Es frecuente que detectar necrosis hepática primaria, coagulación intravascular diseminada (CID) en todos los órganos y tejidos, y esplenomegalia. Las petequias son evidentes en casi todos los órganos y van acompañadas de una mala coagulación sanguínea. Para confirmar el diagnóstico, será necesario detectar el virus. Lo más habitual es realizar una PCR en muestras de hígado.
Forma aguda de RHD
Las infecciones agudas pueden ir acompañadas síntomas de RHD como anorexia, apatía, ictericia, fiebre, congestión palpebral y síntomas neurológicos como opistótonos, parálisis y ataxia. Ocasionalmente se presentan algunos signos respiratorios (traqueítis, disnea y cianosis) y secreción nasal espumosa y sanguinolenta. También pueden producirse lagrimeo, hemorragias oculares y epistaxis. La evolución de esta presentación clínica dependerá de cómo responda el animal al tratamiento de soporte. Por lo que el pronóstico será reservado.
Forma subaguda de RHD
La forma subaguda se caracteriza por presentar síntomas clínicos de la enfermedad hemorrágica del conejo similares a la forma aguda, pero más leves. Los conejos que experimentan infecciones subagudas suelen desarrollar anticuerpos contra el RHDV que les confieren protección ante la reinfección.
Tanto en la forma aguda como subaguda, los análisis clínicos son fundamentales para el diagnóstico de la enfermedad hemorrágica del conejo. Normalmente al inicio de la infección, el conejo suele presentar unos signos clínicos inespecíficos como anorexia, pérdida de peso, ictericia o letargia. Sin embargo, en los análisis clínicos aparecen indicios de daño hepático, con los valores de coagulación muy alterados, y diátesis hemorrágica con coagulación intravascular diseminada (CID). En cuanto a la hematología, se han documentado casos de trombocitopenia, leucopenia con heteropenia y/o linfopenia, así como también de linfocitosis. Respecto a los valores renales, es posible observar alteraciones tanto en la creatinina como en la urea.
Por lo tanto, los principales signos clínicos de la enfermedad hemorrágica del conejo que nos pueden hacer sospechar que un conejo está infectado por el virus son:
- Fiebre
- Ictericia
- Indicios de daño hepático
- Alteraciones en la coagulación
- Muerte súbita sin signos clínicos
Sobre todo debería incluirse la RHD como diagnóstico diferencial si el conejo no está vacunado o si no se han realizado correctamente los protocolos de vacunación. Actualmente existen vacunas de conejos que pueden protegerlos frente a la cepa clásica, variante y incluso frente a cepas altamente virulentas de RHDV2.
Referencias
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